Es una obra autobiográfica en la que el autor detalla abundantes recuerdos de su infancia, adolescencia y edad adulta, cercenado todo por un padre adusto, juez implacable de la vida de su hijo, y una madre siempre a las órdenes del marido.Nos pasea por el primer amor, aquél que nunca se olvida, por el despertar de las hormonas, por la muerte, a la que se le pierde el miedo cuando uno la ve acercarse, por la literatura de Pío Baroja y por los campos valencianos llenos de naranjos.
IMPRESIONES.
Nota global 3.5.
Como dije en la entrada anterior, de primeras no me gustó lo que iba leyendo, y al acabarlo la sensación ha sido la misma. Si bien hay partes en las que logras conectar de pasada con el personaje (el autor) prima en mayor medida un sentimiento de rechazo hacia la obra, hacia esos recuerdos que quizás, contados de otra manera podrían haber recalado un poco más.
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| Manuel Vincent |
En cuanto a los personajes, podríamos hablar del principal, que es Manuel, y de algún otro que es detallado de manera un poco distante, como es la familia de Manuel, alguna mujer que formó parte de su juventud y Pío Baroja, a quien se le da un papel bastante importante.
La historia es contada a saltos entre el pasado más lejano y el más cercano, no siguiendo una cronología que hubiera hecho la lectura más amena. Utiliza un lenguaje antiguo, con ciertas palabras que se deben buscar en el diccionario para poder darle un sentido, y se tiene la sensación de que si te saltas algún párrafo, no te pierdes nada.
En general, poco más puedo añadir, pues o no he sabido sacarle el jugo al libro o es que realmente no había mucho donde exprimir.
La siguiente historia viene precedida por las buenas críticas recibidas, aunque eso es un arma de doble filo, pero ya veremos lo que nos depara. Saludos!
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